Límite: Aventura
Llegar al Refugio La Renclusa y volver. Parte 1.

Continuando con el plan de formación previsto para este año 2013, tuvimos la oportunidad de realizar un Curso de Iniciación a Alpinismo Invernal (nivel I) en Benasque.

El plan era llegar hasta allí tranquilamente el viernes, el sábado por la mañana llegar al refugio de La Renclusa, realizar las clases por los alrededores y bajar el domingo, para regresar a casa el lunes.

Sin embargo, la alerta roja por ventisca convirtió un apacible fin de semana en uno de los mayores retos vividos hasta el momento.

Preparación

Este iba a ser uno de los viajes más completos que había planificado.

Subir hasta los 2.140 metros donde se encuentra el refugio a través de terreno nevado sería una prueba interesante, pues nunca había progresado en este tipo de terreno, ni me había puesto unas raquetas, de ahí el hecho de hacer el curso.

El frío que puede hacer en el Pirineo en pleno invierno, el riesgo de nevadas y por supuesto hacer el curso en sí, necesitaría de la compra de determinado material específico.

Después de algunas consultas al guía y con unos amigos, el material imprescindible para realizar este viaje y del que no disponía eran unas buenas botas, gafas de ventisca y un forro térmico de plumas. Después de mucho investigar diferentes tipos de botas de montaña para nieve, me decidí por unas Nepal Extreme de La Sportiva. Está decisión fue una de las más acertadas que tomé en toda la aventura y conforme leáis os daréis cuenta de por qué.

El peor equipo que llevaba era mi mochila de 50 litros. La compré barata para poder llevar material en el coche y no para llevarla muchas horas de caminata. Es de esas que se te clavan en los hombros cuando llevas mucho tiempo andando, así que no estaba muy contento con ella y tenía miedo de que me hiciera la ascensión un suplicio. Sin embargo, la suerte estaría de mi parte también en lo que a la mochila se refiere.

Llegando

Como me gusta utilizar estas escapadas de fin de semana a modo de vacaciones, suelo partir el día anterior temprano por la mañana, así disfruto del viaje y llego relativamente descansado.

Esto me permitió llegar a Benasque sobre las cinco de la tarde y por lo tanto tuve tiempo de dar una vuelta por el pueblo. Por supuesto lo primero que hice fue ir a la tienda Barrabes y asombrarme con  todo el material del que disponen. El sitio es una perdición pues si tienes dinero es difícil resistirse a equiparte. Me di cuenta que los precios eran muy similares a los de cualquier otra ciudad y además estaban de rebajas por lo que la tentación era muy grande.

Descubrí una mochila de The North Face, la Terra 45, que estaba ligeramente más barata de lo que había visto en otras tiendas. Me resistí y decidí visitar la tienda The North Face que no estaba lejos de allí. Y aquí ya no me pude resistir. También estaban de rebajas con descuentos del 30% al 70% y tenían la Terra un 30% más barata. La compré sin contemplaciones y así, de paso, me iba de Benasque comprando un recuerdo. Esta decisión fue el otro gran acierto del viaje, pues las cosas iban a complicarse y mucho. Si hubiese subido con la otra mochila… no sé qué hubiera pasado.

Pasamos la noche en el albergue “El Run” donde fue una gratísima sorpresa encontrarme con una gran amiga que compartió conmigo el curso de rescate en montaña hacía unos meses. Ida es una gran montañera y una persona de la que se puede aprender muchísimo. Durante la cena hablamos mucho de las últimas experiencias vividas, del material a utilizar, de libros que leer y de que hay que llevar en la mochila y de que no.